PRIMER DOSSIER - ARTÍCULO ACADÉMICO

EL ESCENARIO ACTUAL QUE PROTAGONIZA EL PERIODISMO

Sandra Nicole Farro Sandoval
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo 


RESUMEN 

El periodismo se encuentra en su etapa de metamorfosis. Las necesidades comerciales, exigencias de la sociedad y el ritmo de la innovación han cambiado los canales de noticias tradicionales. A pesar de que desde sus orígenes, la labor periodística se ha visto en la necesidad de adaptarse a los patrones sociales en incesante cambio, no hay que sorprenderse de aquellas afirmaciones que ubican al periodismo en su etapa de decadencia, debido a la proliferación tecnológica y a su “incompatibilidad” con la reflexión y la capacidad crítica de la realidad que caracteriza a la labor periodística. Es ahí, donde la ética toma lugar dentro de las nuevas líneas de investigación planteadas por nuevos estudiantes y retomadas por grandes estudiosos que, en búsqueda de revalorizar al periodismo, intentan comprender el escenario actual donde no solo el periodismo es protagonista, sino también los ciudadanos, cada vez más cercanos a su realidad. 
 

PALABRAS CLAVE 

Periodismo, ética, información, nuevo periodismo, tecnología, sociedad, objetividad. 

INTRODUCCIÓN

Toda investigación es la consecuencia lógica de una pregunta. Sin lugar a dudas, la discusión actual en cuanto a la ética periodística, que empieza desde la formación profesional, se encuentra en uno de los puntos más dramáticos manifestado a través de los últimos años, que sitúa una convergencia entre el avance tecnológico, los nuevos procesos de innovación expresiva, la inmediatez de los medios digitales, el quehacer ciudadano y la nueva adaptación de los medios tradicionales a lo anteriormente mencionado. Por lo tanto, puede que no haya conceptos definitivos sobre sus aspectos teórico-prácticos, pero de lo que sí hay convicción es que la relación entre sociedad, tecnología y periodismo nos hace pensar en un supuesto de causa y efecto: cuando uno cambia, el cambio de los otros dos es inevitable.
En esta dimensión, el periodismo se ha definido a sí mismo ya no como un campo para el bombardeo de información, sino que ahora es parte de un campo para la discusión o expresión de ideas, convirtiéndose en un instrumento para el conocimiento de lo real, lo verdadero, lo que aconteció sin lugar a dudas y que es expuesto delante de todos por una sola persona que le dio forma a la verdad, a la realidad: el periodista. 
Eso, deja en evidencia, una vez más, la adjudicación de la responsabilidad social al periodismo, siendo este un medio transmisor de lo verdadero por excelencia. No hay discusiones al respecto: cuando hablamos de 'verdad', esta tendrá que ser bajo el amparo de lo comprobable, cuyos resultados no respondan a intereses individuales ni aislados. 
Siendo así, la reflexión ética a la que va dirigida este artículo, propone contextualizar el papel que cumple el periodista en la construcción del conocimiento condicionado por el sujeto que conoce y por el contexto que enmarca dicho acto.

La Red es un mercado abierto a inmensidades oceánicas, en el que se democratiza y liberaliza no solo el acceso sino también la producción de informaciones. Todos y cada uno de los testigos de un acontecimiento noticiable (un mitin electoral, un seísmo, un atentado terrorista o una revuelta civil) se convierten en potenciales comunicadores públicos del evento. (Sánchez, 2016, p. 26)

Las noticias al instante

1. Sobre la paradójica defensa de la verdad
1.1. El ‘mito de la objetividad’

La vinculación del ser humano y la información es mucho más estrecha de la que se piensa en primera instancia. Sucede que, dentro de nuestra condición social y racional, nace nuestra dependencia por la información, desde los términos más simples hasta los más complejos; esta dependencia va definiendo, desde la infancia, nuestra manera de relacionarnos y sobre todo, de interpretar la realidad. Ahora bien, la canalización e institucionalización de esta vinculación se ha trasladado radicalmente a los medios de comunicación, que más que ser un instrumento responsable de las interacciones sociales y conexiones con la información más recurrentes, han adoptado características humanas mediadas por la necesidad de la misma sociedad de participar en su realidad. Por tanto, es lógico que se piense que estas vinculaciones estén cimentadas en los valores que nos caracterizan como seres humanos, principalmente, haciendo una apología a la verdad. De ser así, no tendría porqué ser una obligación el plantear el respeto a la verdad incansablemente en los códigos de ética, puesto que deberíamos tenerla asimilada hasta de manera inconsciente. Sin embargo, la realidad es diferente y viene alimentada con décadas de malas prácticas que han terminado desvalorizando aquella profesión que, en virtud de sus funciones, responde a una necesidad colectiva: la del conocimiento.
El conocimiento que es posible obtener a través del periodismo, está determinado por la intencionalidad del medio y por la capacidad de discernimiento del ciudadano. En este sentido, la variedad de temas y las diversas maneras de abordarlos serían un factor condicional para sus distintas interpretaciones, puesto que así como el conocimiento que convoca el periodismo no es uno solo, el receptor es múltiple también. 
A lo que se quiere llegar entonces, es a que el periodismo no puede ser visto de manera aislada. Su fenómeno no constituye un hecho independiente, sino que está relacionado con los hechos que transmite, por tanto, su principio de comunicación parte del acto mismo de la transmisión; su calidad de vínculo es su soporte esencial.

Tampoco hay que irse al otro extremo e izar las banderas de la “objetividad”, tal como se ha querido enseñar por una inexplicable urgencia de neutralizar y despersonalizar el texto, “para que los lectores sigan creyendo que lo que tienen en frente es ‘la pura realidad’, sin intermediaciones”. (Caparrós, s.f., citado por García, 2012). 

Tal y como lo expresa Martín Caparrós, dentro de la explicación sobre el compromiso con la información que adquiere el periodismo, se trataría entonces de poner en bandeja una muestra de la realidad y no la realidad misma; diferenciación que es necesaria de recalcar y que ha contribuido a la discusión bizantina sobre si el periodista debería o no apegarse estrictamente a la objetividad. A pesar de ello, esta es una idea que actualmente está dejando de ser una apología, para pasar a ser considerada como un ‘mito’. 
Para empezar, muchos son los autores y estudiosos que consideran que lo ideal dentro del periodismo debe ser trabajar de forma objetiva y sin que ninguna observación externa se involucrase; sin embargo, si analizamos la producción periodística, esta se encuentra repleta de decisiones personales: desde la selección de fuentes, información, organización de datos, hasta el estilo periodístico; de ser así, queda claro que detrás de un trabajo periodístico, hay un ser humano. 
Continuando con este planteamiento, y situándonos en una situación más específica del acontecer diario, se podría decir que el 'mito de la objetividad' se está utilizando más como estrategia publicitaria de los medios que como un principio al que cualquier periodista debe atenerse; resulta crítico plantearlo así, pero, a pesar de ello, buscar una aproximación a esta es la única solución. Esta idea viene enraizada a la afirmación que propone que el periodismo, al ser un proceso comunicativo, encontraría un involucramiento humano por parte del autor de manera instantánea. Es decir, aquella construcción periodística va a encerrar el poder relacionarse con las fuentes, seleccionarlas, aportar creatividad en la temática lingüística, y entre otras más que van a ser, en esencia, investigación. 

2. Una discusión bizantina: el Nuevo Periodismo
2.1. Nuevos enfoques interdisciplinares 

Hoy el periodista que quiere perdurar en la memoria colectiva, debe ser aquel que sepa enfrentar estos nuevos retos. Que al ser testigo de un hecho, o conocedor de alguna situación, piense si, efectivamente, esa situación puede ser contada de una manera distinta. (Saad Saad, 2008). 

Con esta cita inicial, se pretende ahondar en los orígenes de la reinvención periodística suscitada en la década de los años sesenta, gracias al Nuevo Periodismo, que en un principio fue planteado como una “crisis de fe en la objetividad”. Esto se dio debido a que muchos periodistas como Truman Capote o el argentino Martín Caparrós, cansados del encasillamiento que proponía el periodismo tradicional, optaron por romper con los convencionalismos, añadiéndole fórmulas expresivas a la redacción de los textos periodísticos. Simultáneo a esto, se comenzaron a revisar los principios del periodismo sobre los que se sustentaba su labor, de la mano de disciplinas como la sociología o de corrientes filosóficas como la hermenéutica. A pesar de estos aportes, para el ámbito profesional y editorial, aún se seguía manteniendo la idea de seguir con la objetividad. 

De igual forma, la hermenéutica, traducida etimológicamente como “el arte de interpretar”, contribuyó en gran parte a descifrar algunos malentendidos en torno a la objetividad periodística, principalmente con el aporte de Lorenzo Gomis, quien planteó en su obra Teoría del Periodismo, que la interpretación le va a permitir al periodista poder descifrar y comprender por medio del lenguaje la realidad de las cosas. 

La interpretación periodística permite descifrar y comprender por medio del lenguaje la realidad de las cosas que han sucedido en el mundo y se completa con el esfuerzo, también interpretativo, de hacerse cargo de la significación y alcance que los hechos captados y escogidos para su difusión pueden tener (Gomis,1991, p. 36, citado en Palau, 2014, p. 218). 

Por otro lado, también se nos plantea que el papel de los medios se sitúa en no solo ser emisores, sino también el ser receptores y actores sociales. Es decir, será imprescindible la presencia del periodista para interpretar y traducir una realidad social. Claro está, que para lograrlo primero han tenido que haber comprendido y valorado aquello que acontece en su alrededor.

Ahora bien, sería Thomas Wolfe, quien fuera recordado por cambiar la historia de esta profesión gracias al Nuevo Periodismo, surgido dentro de este contexto de crisis y de innovaciones que relacionaban estrechamente al periodismo y a la literatura. 

En ese sentido, tal y como su naturaleza lo plantea, esta reinvención y rompimiento de esquemas provocó el planteamiento de diversas perspectivas de expertos en prensa y literatura, que no hicieron más que enriquecer la construcción del puente, que no solamente resalta las características elementales de periodismo y literatura, si no, que las relaciona en una interminable "discusión bizantina", tal y como se le titula a este apartado. 

La situación en cuestión viene a ser la unión de ambas: el llamado Periodismo Literario, narrativo o simplemente Nuevo Periodismo, corriente que marca su cruce, y que ha dado como resultado la unión de elementos característicos tanto del periodismo (investigación, contrastación de fuentes, sintetización y búsqueda de la verdad) como de la literatura (reconstrucción a fondo de cada protagonista de un hecho, sus sentimientos, pensamientos, emociones experimentadas).

Esta manera de hacer periodismo es considerada una puerta con nuevos caminos por elegir al narrar un hecho, entre ellas la salida de la zona de confort rígida y estructurada con un lenguaje formal al que los periodistas están acostumbrados, para pasar a un ramillete de oportunidades para explorar dentro de su creatividad, la manera de hacer sentir a la audiencia parte de la historia. Todo muy bien hasta aquí, pero no olvidemos que así como existen oportunidades, también existen límites; esa pequeña franja que separa la ficción de la no ficción y que, sobre todo, encierra la esencia del periodismo: la verdad. 

Dicho esto, se considera que será el medio quien condicione la creación literaria, puesto que a través de esta nueva clasificación dentro de los géneros periodísticos, el periodista tiene a su favor el reconstruir algo más que un acontecimiento, tiene a su disposición el reconstruir sentimientos; más que informar, buscará a través de sus escritos, sumergir y calar en la piel de quien lo lea. En sencillas palabras, llevar la realidad a otro nivel. 

Los lectores, por su parte, saben muy bien a qué se enfrentan cuando se sumergen en una historia estrictamente literaria, donde lo que leen es de corte artificioso. Por otro lado, al leer una producción periodística lo que buscan es informarse, por lo que cada detalle expuesto debe – por exigencia – ser real. 

[...] El periodismo narrativo tiene sus reglas y la principal, es que se trata de periodismo. Eso significa que la construcción de estos textos musculosos no arranca con un brote de inspiración, ni con la ayuda del divino Buda, sino con eso que se llama reporteo o trabajo de campo, un momento previo a la escritura que incluye una serie de operaciones tales como revisar archivos y estadísticas, leer libros, buscar documentos históricos, fotos, mapas, causas judiciales, y un etcétera tan largo como la imaginación del periodista que las emprenda. Lo demás es fácil: todo lo que hay que hacer es permanecer primero para desaparecer después. (Guerriero, 2016, p. 30)

 

Del papel a la pantalla

3. El periodismo en tiempos de crisis: una mirada desde la subjetividad colectiva

Tal vez no se den cuenta, pero en este momento tienen ante sus ojos un arma más poderosa que la mayoría de las que posee el Ejército de EEUU. Una bomba de racimo puede matar o mutilar a miles de personas, pero esta arma puede hacer que millones de personas autoricen a sus gobernantes a iniciar guerras. Se llama periódico. (Garton, 2006). 

La prensa, indudablemente, viene ligada a la dimensión subjetiva que ofrece la vida cotidiana, entendiéndose esta como la conformación de estructuras sociales (grupos, instituciones y colectivos) que terminan teniendo incidencia en el proceso de decodificación del mensaje, generando una posible retroalimentación, que ahora, gracias al auge tecnológico, se hace más posible. 

No obstante, si retrocedemos por un instante al recorrido histórico del periodismo en Latinoamérica, es el sector político el que mayor incidencia ha tenido en la práctica periodística en las últimas décadas. Desde la restricción de libertad de prensa, la censura, hasta el estancamiento en los estudios sobre comunicación y desarrollo investigativo, son algunos de las dificultades que siguen contribuyendo al escenario actual donde tiene que desarrollarse un periodista, que solo encuentra en la autorregulación, una solución cercana y favorable para ejercer su libertad de expresión y satisfacer la libertad de información de la sociedad. 

Una vez manifestada esta realidad a grandes rasgos, no podría ser mejor ilustrada en la situación actual de nuestro país generado por la esfera política, que, sin lugar a dudas, ocasiona un contexto desfavorable para la práctica periodística. 


Entrevista realizada por Mikhail Huacán a Paola Ugaz, periodista y escritora peruana. 

La periodista Paola Ugaz, expone en el extracto mostrado de la entrevista, los ataques y agresiones hacia los periodistas, que en aras de su profesión, inician procesos de investigación a los casos más emblemáticos de corrupción, con el fin de revelar hechos irregulares y visibilizar ante la colectividad declaraciones de interés público. 
En medio de esta compleja, pero no nueva situación, Ronderos (2009) recomienda lo siguiente:
  • Proteger la libertad de información: No se trata de un acto de heroísmo, sino de buscar estrategias para poder informar. “Informa junto con otros medios, todos al mismo tiempo; muchas veces los periodistas apelan a sus mejores o más cercanas fuentes para poder informar”. 
  • “Bala o ego”: para difuminar el riesgo que puede correr un periodista al realizar cierto tipo de investigaciones complejas, es recomendable asociarse con otros periodistas para realizar un trabajo colectivo.
  • Jugar limpio: en situaciones de conflicto, es importante mantenerse neutrales y honestos con las fuentes que vayan a entrar en la investigación.“La transparencia siempre es importante en todos los casos del periodismo, pero cuando hay violencia y polarización es mucho más importante”.
La verdad en tiempos de crisis

CONCLUSIONES

El periodismo no puede amilanarse ante las situaciones de crisis. Todo lo contrario, antes que representar un caos, debe sacar a relucir las mejores estrategias y habilidades comunicativas de un periodista para 1. Reafirmar su compromiso con la sociedad y el conocimiento. 2. Usar las innovaciones (narrativas y tecnológicas) a su favor. Es decir, al irrumpir en el ecosistema mediático medios de toda clase y condición, al periodismo solo le queda recuperar su credibilidad para ofrecer un producto noticioso que evidencie el respeto por la verdad y la libertad de expresión. 
Por último, sobre las nuevas narrativas expresivas que se le atribuyen actualmente al periodismo, se reafirma su importancia, esto sin demeritar a los géneros tradicionales, puesto que, por el contrario, estas las complementan y fortalecen en tanto que los rodean de nuevos elementos de sentido.

BIBLIOGRAFÍA





 


 

 





































Comentarios

  1. Sandra,
    Buen trabajo, tanto el paper como la infografía. El video ilustrativo del paper y los audios de la infografía aportan bien.

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